Generación facebook


Si entran en http://www.facebook.com/ y buscan el grupo "Gente de La Ceja" se encuentran con una generación de jóvenes que creció con internet y el celular. El grupo lo creó un muchacho David Cuartas, tiene 475 miembros, exhiben muchas fotos de iglesias, otras más del parque y excelentes panorámicas del Buey, de Piedras y del Capiro. En los foros proponen temas variados y no correspondidos como el Liceo, el alcalde, el trópico y la política juvenil. Pero de lo que si saben hablar es del rock de su momento, de conciertos, de los parches con vino y de los paseos al campo. Con variaciones del ritmo musical, el tipo de licor o la marca de cigarrillo, todas las generaciones de jóvenes se reconocen en el espíritu que marca la geografía cejeña. Son tan jóvenes y sinembargo, cuando recuerdan el año 2000, se ponen nostálgicos.
La excursión por la galería de miembros es una mezcla de zoológico con orquideorama. La exposición de orquideas nos hace un jardín privilegiado de Antioquia: docenas de bellos rostros con capullos de lacios cabellos largos, expresiones de sonrisa abierta o misteriosa sensualidad de mona lisa, con acercamiento ya en primerísimo o en medio plano, con una inclinación de cuello de 45 a 30 grados rumbo norte, posan como flor para revista de farándula en solitario o en ramillete.
Del otro género de la zoociedad, se ven desde chayanes descamisados con gafas oscura, hasta los tipos serios de frac con fondo azul. Unos posan con carro, con moto, con perro o con caballo; otros con fondo de paisaje montañero, con playa caribeña, con alpes suizos o con Londres. Otros muchos se presentan acompañados con su pareja o con niños y otros con reserva ponen de máscara una caricatura, un cerdo o un pirata.
En el muro de las confesiones (y las lamentaciones) algunos dicen que La Ceja es una chimb@ y todos estan muy orgullosos de ella. En la diáspora de cejeños por el mundo, esta página puede ser mucho más que una vitrina de voces y de imágenes variopinta: Puede ser la ocasión de construir una bella forma de paisanaje, cordial y afectivo. Que David y los miembros del grupo sigan con el ánimo de hacer patria chica, en las cuasimágicas esferas de la virtualidad.

Hospitalidad cejeña


Escuché con desconcierto, por fuente muy respetable, un juicio que califica a la gente de La Ceja de inhospitalaria, más especificamente la queja explica que los nativos cejeños (nacidos y criados) miran con recelo a los inmigrantes, a quienes marginan de los espacios de convivencia social y participación cultural. Considero que quienes así lo expresan puedan tener razones personales para dicho señalamiento, pero no es un juicio que merezca la generalización porque contradice la realidad feaciente de tanto cejeño que no ha nacido en ella y se siente tan cómodo como natural. Además muchos nos llevamos el precepto de la canción "por que lo que importa no es donde se nace, sino donde se lucha."
Pero antes que refutar semejante herejía quiero sustentar que, de conformidad con la ortodoxia de la mejor tradición griega y cristiana, en este pueblo se practica la virtud de la hospitalidad, y que la pareja de la foto son el mejor ejemplo para ilustrarlo:
Doña Luzmila y don Marcos son unos enamorados que pronto cumplirán 50 años de matrimonio. Tanto amor que, a más del que ellos se profesan, han dado sin reservas a 4 hijos, con sus nueras, yernos y nietos; cual más ha sabido lo que es el amor de padres de corazón a todo dar, de hombros en donde descanzar, de paño de lágrimas donde secar sin reproche. Pero no siendo suficiente con todos ellos, la generosidad de este hogar ha alcanzado para hospedar sin retribución a los peregrinos y vagos de este mundo. Yo encabezo y término la lista de los últimos, de los peregrinos he sabido que músicos, artesanos y pintores, de Santodomingo y del Uruguay hemos encontrado comida caliente, tinto y diálogo de sobremesa y blanda cama. Mendigos de amor hemos sido en casa de nobles patriarcas, que cuanto tienen, lo han tenido todo para dar generosamente.
Si se condena a la gente de La Ceja por la inhospitalidad de unas personas, estas dos bastan para redimirla, así como un sólo hombre justo bastó para pagar la deuda del primer pecado. Porque la historia que cuenta, es la historia de los individuos que prima sobre el género; recordamos la odisea de Ulises, en quien queremos reflejarnos, no la de los griegos.
Siempre con ustedes, doña Luzmila y don Marcos,
muy agradecido, muy agradecido, muy agradecido.

El diablo haciendo hostias


Hay un cierto tipo de artistas que llevan un ángel por dentro, pero un ángel caído: un demonio; y su obra suele ser un acto de liberación, un exorcismo. Pero este gimnasio del espíritu exige fuerza de voluntad para someter al demonio, quien sólo se atempera con la disciplina del trabajo, con el oficio del arte o con la oración. El demonio suele alardear de mucha cosa y esa vanidad ahoga al artista y desata la neurosis y el delirio de grandeza. En torno al arte merodean piltrafas, como Lucifer pretendía al Altísimo (Is 14) , que presumen de poetas malditos y no pasan de ladrar inutilmente a la luna; les puede más la lengua viperina que la mano creadora.

Pero hay los que saben transitar por el Infierno de la mano de Virgilio y lográn ascender al Paraíso animados por Beatriz.

Pietrasanta es una empresa que presumo como la redención de un demonio por un éxtasis de Teresita, o valga mejor decir: es el destino de un artista enfocado por el amor de una mujer. Ella advirtió que el universo plástico de su artista es la imaginería católica con el tratamiento fundamental de la escultura. Los temas son tan vigentes y sugestivos como desde la antigüedad lo ha sido la escena del fruto del arbol de la cruz, o desde el medioevo la figura romántica de Francisco de Asis, o en la actualidad la monja Bernarda tan desconocida como enaltecida hoy por el Magnificat. Así, con trabajo y obstinación, desde estos vaticanos cejeños, Elkin Castañeda se suma a la lista de diablos haciendo hostias que encabezaron los vehementes miguelángeles Buonarroti y Caravaggio, esos artistas que saben que el tema de su obra, la pasión sensual, no tiene mejor escenario que la historia sagrada de la antiguedad a los tiempos presentes.

Paisajes lecheros


La arquitectura de una caneca de leche puede enfrentar sin complejos la de una columna jónica. La proporción de su diámetro y altura es justa, las abollonaduras que juegan con la luz son como la sombra de las acanaladuras a lo largo de la columna, y las volutas en la tapa le asemejan más a una corona que el mismo capitel. Que arte pusieron en un objeto tan práctico. Y como si de arquitectura y volumen no bastara, este maestro del color le agregó el arte de la pintura, para completar la imagen del paisaje lechero.
En técnica de oleo sobre caneca de leche, en formato de cinta cilindrica de 45 por 90 que une el oriente con el occidente de un paisaje lleno de luz solar, este hombre (cuyo nombre no acaté preguntar) aplica con pulcritud las pinceladas para plasmar coloridas imágenes de antioqueñidad. Trajín de arrieros con recua de mulas por los caminos de herradura en un plácido horizonte verde y azul, granja con gallinero criollo a campo abierto y la sublime escena multicolor de pájaros y flores, son algunas de las obras que exhibe y vende este artesano pluriplástico. Pasen por el taller que queda en la carrera 23 entre la 19 y la 20, y verán lo bonitos y baratos que son; ah! y lo buena gente que es el pintor.
Estos cuadros-cilindros tienen plenitud de campo con canto de villancico, tienen inocencia de pesebre, tienen la premoción de navidad que hace recordar a Isaías cuando dice que "la vaca y la osa serán compañeras..." ah! la vaca, ah! tambo de ahora tiempos, Ah! Ceja cuando tu nombre era apacibilidad.

Requisitos para tomar un tinto


En La Ceja para tomarse un tinto hay que poner condiciones de lugar, de modo y de tiempo, así como en los adverbios, porque no se trata de cualquier bebida sino del ritual que nos debe identificar.

Hay tres momentos sagrados para tomar el tinto: al alba, al medio día y al ocaso, y de igual manera que el ángelus debe ponerse en ello la misma devoción; adicionalmente a cualquier hora de la noche. Prefierase los días fríos, cuando llueve o se está en el campo. En ninguna circunstancia debe tomarse de afán y es imprescindible servirlo caliente. Si lo hace en un sitio público busque por los alrededores del parque, donde se vea gente que pasa; si en otro, que tenga una buena vista a campo abierto. No entre nunca donde la música sea inapropiada, beber café es un acto de contemplación y conviene estár solo en la penumbra donde atemperar la angustia. Si lo hace en compañía que sea de un buen amigo o de un mejor conversador. Si está con tres o más la cosa cambia, entonces pida media de guaro porque el rito cambia de sagrado a profano. Nunca se deje servir en vaso desechable, ni de plástico, ni de icopor, acepte sólo el vaso de papel (de esos en que sirven los vasitos de helado); Si el pocillo es de losa, que no tenga más de un año de servicio. Pregunte con discreción cuánto hace que lo prepararon; si pasa de veinte minutos salga con la misma cautela y busque otro sitio; si lo engañan y se lo dan repasado, no se lo tome, pague sin mezquindad y deje un reproche gratis. Cuando al fín logren servirle un buen tinto, no se le ocurra empalagar la ocasión agregando azucar, el gusto se ha preparado para el misterio de una grata amargura en el paladar, ya vendrá la ocasión para la gaseosa y las vulgaridades.

Hay dos o tres sitios donde lo preparan con café tostado y molido. Los de greca no siempre lo hacen con café Sello Rojo, que es el mejor de los de grano. Pero si no logra encontrar un sitio que le satisfaga, vayase a la casa y preparese un café instantaneo liofilizado, de ese que sacó la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y que es mucho mejor que el de la Nestlé.

Tapia y diseño


La arquitectura moderna se la viene jugando con el acero, el vidrio y el aluminio para la construcción de edificios en ciudad, pero a este pueblo le conviene mejor el ladrillo, la madera y el hierro forjado, y muchas de las fachadas de casas y edificios dan muestra de buen gusto y armonioso diseño. Pero ¿qué hacer con las casas cuyos techos amenazan venirse al suelo, que hacer con esas altas y gruesas tapias? Por las calles de La Ceja vemos nuevos proyectos de construcción que, según las circunstancias y objetivos de la obra, se debaten entre la tradición y el progreso, entre aprovechar los viejos materiales o renovarlo todo.
Si las paredes tienen memoria, la tapia la debe tener en abundancia. Supongo que por resonancia deben guardar los sonidos e imágenes de las generaciones pasadas. Pero ya sea con fantasmas o sin ellos, la tapia tiene un valor arquitectónico que algunos en La Ceja han sabido apreciar. Como muestra de diseño y creatividad dese un vueltecita por el pasaje comercial en que han convertido la casa de Manuel Restrepo, en toda la esquina de la 20 con la 20.
La sutileza con que se ha dispuesto los elementos, texturas, colores y rincones de la casa, para crear y preservar el ambiente cálido y amable, ha sido el criterio de diseño de este espacio interior: Piso en baldosa de ladrillo vitrificado para los corredores con zonas de piedra rebitada con mortero, jardín al centro a modo de glorieta y otro bordeando una rampa marcada por adobes de tierra multicolor, corredor de cubierta de madera con teja transparente, rincón de paredes enchapadas en mosaico de ladrillo y el toque apenas genial de un marco de puerta en el cajón de la pared. No es más, y sólo ello basta para acoger al pasajero.

Pasajes peatonales


La generación de espacios públicos para la convivencia y el privilegio de la movilidad del peatón sobre el automotor es un precepto ambiental y debe ser una constante preocupación de planeadores y administradores de ciudad. En los pueblos el ritmo de desarrollo exige una atención especial que vele y procure la calidad de vida, tarea que compete a planeación municipal. En Medellín el pasaje Junín acuño el término juniniar como de turísmo comercial, pero en el siglo XX hubo que inventar el pasaje peatonal Carabobo como respuesta al sector dinamizado por el "Hueco"; La Ceja hoy está en deuda de recurrir a este recurso urbanistico.

La única calle que ha gozado de la transformación en pasaje peatonal es la de la Plaza de Mercado. Desconozco las razones de tal decisión pero presumo que obedeció a una estrategia de seguridad del Comando de la Policía antes que por la seguridad y comodidad de los usuarios de la Plaza, sinembargo que tan cómodo es transitar por esta calle desprevenido de tantos carros y de motos. Mientras que La Ceja siga siendo pueblo, como estamos orgullosos de serlo, debe privilegiar al peatón, máxime cuando usualmente ejercemos de turista consumidor, porque el perfil que distingue a nuestro pueblo es del comercio y del consumo de licor.

Es la ocasión para imaginar la transformación de La Ceja en función de nuestro bienestar, algo así como diseñar un nuevo vestido, cómodo y elegante, que se ajuste al nuevo cuerpo. Estamos creciendo, pero no debemos permitir que nos ahoguemos. Los planeadores de este pueblo, que tienen la tarea de hacer sentir plácidos a sus habitantes y visitantes, tienen el reto de hacer que los espacios públicos generen una grata convivencia. A ellos les recomiendo ir pensando en cerrar la calle real entre la 19 y 20, más exactamente la calle de la capilla de Chiquinquirá; miren otras experiencias y estudien bien el caso que encontrarán buenas razones para respaldar esta ocurrencia. Y me atrevo a más, ¿qué tal hacer un pasaje peatonal en la calle entre Bancolombia y Carulla? Ya les puedo abonar gratis unos apuntes de diseño y hasta la sugerencia de un nombre, pero no digo más porque no soy más que un peón y peatón, que sólo piensa en la gente de a pié.