El Hombre del paraguas

Con actitud de decidido optimismo, el hombre del paraguas se enfrenta al vértigo de las calles, abriéndose paso entre el tráfico de rápidos vehículos y anónimos transeúntes, confiado en el calor de su abrigo y la protección de su sombrilla. Arriba persiste la noche y abajo la soledad se obstina, pero esta vez la tormenta del cielo convierte la calle en relámpagos de color y, acaso sólo como una efímera ilusión, la vida cobra un brillo nuevo.

Este caballero del paraguas con gabán y portafolio, que aparece misteriosamente en la serie de Urbanos y recuerda al del bombín de Magritte, persevera como personaje del paisaje ilusionista en que nos sumerge el realismo romántico del pintor Oscar Cardona. Su obra sigue evolucionando en ese debate plástico que comenzó con el claro oscuro y que le ha servido de metáfora para su poética de los marginales. La soledad del hombre ya no se cubre de melancolía con la luz mortecina en las calles solitarias, ahora deja sentir un tono de optimismo lanzando su personaje al ritmo vertiginoso del futuro.

Urna de la Esperanza

Como a los griegos, los dioses también nos dieron a los colombianos, de manos de Pandora, una urna de regalos sellada con la cinta y el moño de la Democracia. Con intrigas y embustes unos hacendados y otros acaudalados se dieron el atributo de clase dirigente tomando el asunto por sus manos, y desde entonces no han sabido más que sacar de esa urna las desgracias habidas y por haber en este mundo:

Decretan la pobreza por ley, con salario mínimo y sus consecuentes restricciones a la salud y la educación. Mantener a raya esa pobreza al punto de convertirla en natural fatalidad sin derecho a la protesta. Congraciarse con otros más poderosos para explotar la tierra que no les pertenece y enviar, de paso, al infierno a los más débiles. Conformar comités de aplauso entre lagartos y arrodillados para justificar legalmente sus dictámenes y atropellos: todo, eso sí, con sentimiento popular y pose de benefactor. Crear ejércitos paramilitares. Chuzar jueces y opositores. Promover guerras contra los países hermanos. Beneficiar militares con recompensas de falsos positivos. Hacer dádivas a terratenientes amigos. Y por supuesto, entregar canales de televisión que los exhiban jugando golf después de la noticia que anuncia el desplazamiento de indígenas y campesinos.
Ahora nos damos cuenta que en esa caja de Pandora cabe aún una Esperanza, verde e incierta, que promete honestidad y fantástica racionalidad para enfrentar la farsa de inmoralidad y crímenes que ocultan los sepulcros blanqueados del poder. Ya es la hora, Pandora, de abrir la urna para liberar la Esperanza, y enterrar en un ataúd, junto con sus vicios, sus miserias y sus plagas, a la podrida clase política de nuestro país.

Pasar y pasar...

Calle de honor

Ese que se ve ahí tendido, tan sereno, tan conservado y con tan buen semblante que parece despertará de un momento a otro, ese italiano empecinado murió hace 122 años, y su cuerpo no se pudrió sino que se secó. Cuando estudiaba yo en el colegio salesiano supe este dato y sin entender de gracias canónicas supuse que se secó de tanto bregar por dignificar esos jóvenes perdidos de su tiempo. Y es que haber trabajado por la juventud, esa edad rebelde, en el colmo de la pobreza, esa infeliz condición, le implicó sudor, lágrimas y sangre que le merecieron la santidad que hoy le admiramos.


La Ceja hará una calle de honor para recibir sus reliquias. Una calle hecha no sólo de salesianos de Domingo Savio y María Auxiliadora sino también de los niños y jóvenes pobres que se forman en las otras instituciones y ojalá también de muchachos marginales de la educación y del sistema, de esos gamines y bandoleros que siempre gozaron de su amor paciente y servicial que todo lo excusó, todo lo creyó, todo lo esperó, todo lo soportó por ellos. Que todo el pueblo se abra en una calle de humanidad para recibir al patrón del proletariado y de la prole para que mañana los salesianos recuerden la misión de su fundador y abran sus puertas a tantos jóvenes cejeños necesitados de su Caridad.
Esa figura casi toda de cera trae de verdad su mano derecha, la misma que levantó a Cristo para defender las causas perdidas de los muchachos perdidos. Con esa mano, Don Bosco, danos tu bendición a todos los que trabajamos por la juventud con la esperanza de un mañana mejor.

Café Bar


Un Café en espacio abierto para ver pasar la gente y amenizar una buena charla; un Bar para beber un trago y escuchar o ver el concierto en la pantalla; una Plaza en la calle de la cultura que convoca especialmente a los artistas para tramar o confabular el proyecto musical, teatral o artístico que sacudirá la conciencia de este pueblo. Este nuevo CAFÉ-BAR-PLAZA se abrió en La Ceja para ofrecer un sitio de moderna elegancia y esmerado servicio.



En un espacio abierto, con mesa y sillas de sutil aluminio bajo una sombrilla de acrílicos colores, el café servido en pocillo de porcelana tiene un sabor a Montparnasse. Lo digo, antes que por las elegancias europeas, por el ambiente de juventud y de arte que por allí merodea: otra generación de artistas, de múltiples disciplinas, acechan la sociedad cejeña para re-presentarla. Este tipo de espacio que se integra en la urbe y que aún desde el interior sólo se separa por una frontera trasparente, tiene esa atmósfera propicia para la contemplación de la vida diaria que se debate entre lo poético y lo prosaico.

Y como pasa el tiempo...


"Sin estar viejo y sin dolencia grave,
noto que va flaqueando mi memoria
y es que es el tiempo en que según se sabe,
el hombre empieza a recordar su historia"
Ezequiel Martínez Estrada

Mirando esta fotografía, cuando hacíamos parte del coro del Colegio de los Hermanos Cristianos, repasando los nombres de los compañeros, cotejando los rostros de niños con los últimos que vimos cuando grandes y sin evitar el chequeo de sobrevivientes, no pudimos dar con el nombre y destino del joven más alto y serio del grupo, ubicado a la diestra de la Virgen de Fátima, que entonces tenía su gruta cerca al Pereirita. Si alguien puede ayudarnos en esta búsqueda, agregamos el dato del año 1948, cuando cursábamos el primer año de bachillerato. Los nombres se leerán mejor haciendo zoom con un clic sobre la foto.

Aurora cabalga sobre La Ceja: fotografías de Alejandro Martínez


















Apologética del labrador


Cuando en la fiesta de la cosecha se recogen los frutos maduros, el nutrido aplauso de reconocimiento a patrones y comerciantes, ahoga el crédito que se debe a la tarea humilde del labrador. Los mismos frutos que recibieron los más mínimos cuidados, son protagonistas deslumbrados que no ven, o se niegan a ver, la mano amiga que labró su éxito. A esa mano presta en los momentos difíciles, que literalmente se tendió para proveer el agua y el alimento, que salvó cuanta contrariedad es natural enfrentar; a esa mano sencilla de labrador, en los momentos de celebración nadie se acuerda de estrecharle una felicitación. Un sentido fatal de ingratitud suele acarrear esta tarea inclemente de la agricultura, incluso de la puericultura, pero sobre todo de la cultura. De apostolado ha de calificarse este oficio de labrador de cultura, de apoyar hasta las últimas consecuencias el proyecto de cuanto músico, artista o poeta hay en esta viña del Señor. Incondicional ha sido su servicio que no discrimina en modo, tiempo o lugar, y de añadidura le apuesta con su propio corazón a la persona que encarna ese proyecto, sin reparar en riesgos, ni desvelos, ni esperar agradecimientos. Aqueste entrometido, sin embargo, considera que la humildad del agradecimiento siempre engrandece, y quiere agradecer hasta en nombre de los desagradecidos.

La lluvia cae gratuita, vivificante y refrescante, y en torrencial aguacero es capaz de un ahogamiento mortal. El sol alumbra, calienta y energiza, también puede abrasar intensamente y reducir a polvo y cenizas. La tierra nutre por la savia la flor perfecta y el fruto rozagante, pero en dosis alterada lleva el veneno que marchita y pudre. La brisa del valle sopla aliento de vida y de polen, o ventarrón y vendaval que sacude, y quiebra y arrastra. Pero tú, labrador, siempre estas ahí moderando la lluvia, atemperando el calor, graduando el nutriente, sosegando el viento, entregando tu amor.

Es que somos muy pobres

Si por allá llueve por acá no escampa. La pobreza parece empecinarse con nosotras y no da tregua a nuestra angustia. Cada vez que amanece empezamos por preguntarnos de dónde sacará el Padre nuestro el pan fresco de este nuevo día.

Pero siempre es que hay gente más pobre que nosotras, porque siquiera tenemos estas casas que nos dio San Vicente a través de su asociación de caridad. En esta calle silenciosa, que mantenemos modestamente blanqueadas y pintadas de verde, tras estas monótonas fachadas que no distinguen linderos porque todas tienen por vecina a la pobreza, está el refugio digno para que el pudor de la vergüenza nos mantenga escondidos, amasando el pan del dolor y consumiendo una existencia que aniquila el sufrimiento.

En muchas casas suele faltar la luz eléctrica e incluso el agua potable, aunque algunos digan que no nos la debían cortar, pero en eso nadie nos ayuda. La despensa nunca guarda nada para el otro día, pero no falta la providencia en enviarnos algún ángel de caridad con un mercadito. No sabemos cómo es que se acuerdan de nosotras; siempre es que saben que somos mujeres solas con muchos niños y no es gratuito que esa solidaridad venga habitualmente de otras mujeres. Ellas gustan en inventar que se han ganado un chance, que para seguir ganando ofrecen siempre por promesa una caridad y nosotras hasta les creemos porque sabemos que los designios del Señor son misteriosos.

Joven escritora


Los concursos de cuentos que promueven el pensamiento creativo de los niños y jóvenes escolares, además de servir de portavoz de sus sentimientos e inquietudes, en ocasiones nos sorprenden con una obra de indiscutible mérito literario, como el cuento "El séptimo día" de Diana Lizeth Loaiza, primer puesto categoría juvenil del Concurso de Cuento "El afecto en la familia".

La estructura de su cuento está tomada del primer relato de la creación, en el Génesis. En el marco de siete días, Diana narra el conflicto de Lilibeth, quién nace del amor, conoce y nombra el mundo, distingue el amor del dolor, lucha contra la oscuridad buscando la luz y encuentra una nueva ilusión; y vuelto el amor se abre el comienzo de una nueva vida.
La acertada elección de la estructura para narrar su historia íntima y personal, con los elementos propios de una narración (planteamiento, nudo y desenlace), y expresiones concisas al modo del Génesis, logran la lírica sutileza de un poema. Prosa poética o poseía prosaica como le llama Arreola. Este arquetipo literario que es la Biblia, recuerda a Emily Dickinson y al procedimiento habitual de producir buena literatura luego de consumir la mejor literatura.
Esperamos que esta talentosa joven siga produciendo y compartiendo con nosotros su esmerada escritura y que los concursos de cuento, como el que este mes esta convocando el Concejo Municipal, sigan sorprendiéndonos con nuevos escritores.

El séptimo día

Al principio Lilibeth creció y observó a un ser sincero, cariñosa y con unas
manos transparentes y maravillosas que la acariciaban y la acunaban contra su
pecho, la amaba y a su lado otro ser maravillosos que la miraba con ternura y
le brindaba seguridad y este ser también la amaba. Vio Lilibeth que estos dos
seres eran buenos con ella y a la primera la llamó mamá y al segundo lo llamó
papá y así germinaría un lecho de amor; y así se completó el primer día.
La niñez de Lilibeth siguió corriendo entre risas, cantos y juegos y conoció otros
seres diferentes a ella, pero parecidos en estatura, en una nueva casita
llamada escuela y allí miró seres amables y no tan amables, que la aceptaron y
otros se burlaban de su cabello largo, en su mirar y por primera vez
experimentó soledad. Y al regresar a su casa observó que uno de los seres ya
no estaba, le contaron que caminando por una calle alguien se lo llevó para
nunca regresar y vio como este suceso cosechaba tristeza, en aquel instante
conoció el dolor y aprendió a diferenciar lo bueno de lo malo, la luz de las
tinieblas; y así se completó el segundo día.
Lilibeth pensó en reunir en un solo lugar de su corazón el dolor y en el otro
lugar el amor, y al dolor lo llamó soledad y al amor lo llamó mamá; y vio Lilibeth
que esto le hacía bien, y así se completó el día tercero.
Pero la vida le hacia otra mala pasada, ese espacio de su corazón llamado
amor, también le abandonaría sin darle ninguna explicación, y así Lilibeth
quedaría totalmente sola a la deriva, a merced de la oscura noche que la
absorbería en su manto de tinieblas donde se quedaría, sin poder volver a ver
la luz del día; y así se completo el día cuarto...
Lilibeth una mañana sentada en su cama metida en sus sentimientos,
aprisionada en el dolor, decidió no dejarse caer y empezó a luchar por su vida y
su futuro. Pero poco a poco los monstruos terrenales que la acompañaban se
fueron acercando a su mundo, Lilibeth no los deshecho de su vida, solo trataba
de aprender un poco de ellos pero observó que no eran tan buenos y solo veía
como se multiplicaban dañando su vida sin compasión, pues Lilibeth en medio
de su nostalgia terminó envuelta en un desgarrador dolor cortante de anhelos y
tejedor de miedos, y poco a poco se le iban acabando las ganas de vivir no por
el mundo sino por ella que se estaba dejando matar por factores externos y
ahora los sueños que algún día tuvo son deshojados y sus lamentos no
escuchados; y así se completo el día quinto.
Pero Lilibeth en medio de su desolada confusión, y después de que le hubieran
quitado su sentir y arrancado de sus entrañas los motivos lindos de vivir,
encontró una ilusión a la cual aferrarse, tal vez un ángel o tal vez un simple
hombre que le regaló las ganas de volver a soñar, con sus manos limpias y su
corazón sincero le enseñó que había razones para vivir y seguir tejiendo una
vida hermosa con base en su dolor y su soledad para poder fecundar felicidad
y Lilibeth creyó en ella misma; y así se completó el día sexto.
Y dos almas se unieron moldeando su afectividad con el transcurso de su
crecimiento interior, pero Lilibeth observo cómo se encontraba inmersa la
imagen que algún día tuvo sobre su familia en su infancia, y así quedo sellada
por hilos dorados una nueva promesa de amor.

Ramillete de ternura

Ramillete

Los colores que ve Alejandro


Testimonios tomados de "Mi cielo azul"
artículo de Carlos Arturo Duque Henao,
Revista Música. Edición 24.

“Yo vivo con música, o sea hasta la cosa más pequeña que voy a tocar, que voy a escuchar o que voy a ver, son notas, son instrumentos, y eso se complementa en mi mente y forma mi ser, forma mi alma, forma lo que soy yo. Cuando no toco música durante unos días, porque no puedo o porque no tengo el tiempo, me pongo triste, aburrido, como si me muriera, entonces me aíslo y escucho la música de mi mente y así sobrevivo”.

“El color y el sonido aparecen al mismo tiempo cuando escucho una nota o cuando veo algo, por ejemplo, el Mi es azul para mí, el Sol rojo y el Do blanco, entonces cuando oigo un Do Mayor se mezclan el blanco, el azul y el rojo, para formar algo que no sé lo que es, pero que veo en mi cabeza, y no es un color sencillo, sino que es luminoso.”

“Todo el tiempo escucho música, hasta cuando hablo con una persona le escucho notas, pero tengo que controlar eso, sino sería una locura, todo el tiempo estaría cantando y no sé que otras locuras más… Pero cuando tengo que tocar, estimulo ese lado que siempre está pero que controlo normalmente y así me salen cosas impresionantes… Es como un músculo: no tienes todo el tiempo los músculos tensionados, sino sería doloroso y esto le pondría a uno loco, pero cuando tienes que cargar algo entonces se tensionan automáticamente o los puedes estimular para que se tensionen. Pues para la música es lo mismo: siempre tengo eso en mí, pero cuando tengo que tocar o cuando tengo que hablar, según lo que haga, tengo que controlar eso, sino sería el colmo total para los que me rodean.”

“Cuando toco el tambor me siento indestructible; podría decirle a una mujer: te quiero.” Ver videos en el siguiente enlace http://www.facebook.com/video/video.php?v=1176199484611

La cama del poeta


En el marco de Ciudad Galería, la sala de exposiciones Los Comunes, de la Unidad Cultural S.M.P., exhibe la cama del poeta Gregorio Gutiérrez González, propiedad de la Sra. María Eugenia Ángel y curaduría de Ferney Hernández.

Esta hermosa pieza de ebanistería neoclásica, evolución austera del estilo Luis XV, de patas cabriolé que ascienden en columnas que rematan en pistilo y flor, con sinuosas lineas de volutas y ondulados planos que revelan la esmerada y paciente artesanía decimonónica, nos hacen confiar que en efecto perteneció al poeta que pulió los versos con figuras de suntuosa sencillez como aquellos que aluden a la flor de batatilla y al cocuyo en el poema ¿Por qué no canto?

Pero más allá de esas formas del la artesanía del ebanista y pensando en las motivaciones simples del arte del poeta, no deja uno de imaginar la cama, con colchón, sábanas, cobijas, almohadas, fundas y edredón, una cama calentada por el amor del hogar:
"soñé que allí mis hijos y mi Julia",
una cama donde reposó del combate con su amada:
" A ti vencido yo, tu a mí vencida,
Nos hallamos por fin juntos los dos"
Y otros versos:
"visiones de placer, sueños de amor"
Y estos a que inevitablemente aluden cuando apreciamos esta cama:
"Y ella, inocente, adormecida en ellas,
tuvo sueños de amor... sueños no más."
"Si al despertarse el que confiado duerme
Halla robado el bien con que soñó,"

Rodeada de fotografías de cejeños ilustres y tendida con libros y textos de la época, esta cama es un objeto digno del exhibición y contemplación que permite sentir más de cerca los motivos simples de la poesía de Gregorio.

Henry Posada, Perseguidor de la Palabra

Cuando este Pueblo Blanco le quedó chico para sus sueños, salió en busca del Mar de las Palabras. Abandonó la esperanza de ser el señor, tierno para el amor, de una muchacha del barrio y escapó de esta tierra enferma, atravesando lomas en un vuelo de palomas, persiguiendo la libertad Bajo Palabra.

Buscó primero en los grandes amanuenses del espíritu y encontró la aristocracia de las letras en Villon, en Whitman, en Wilde, en Miller y en Borges. Con esa dimensión de la Vida y del Verbo, siguió buscando con las luces del maestro Estanislao Zuleta y la pasión de Andrés Caicedo, y estuvo en Cali ejerciendo el periodismo cultural para hablar con dedicación especial sobre el mundo del cine.

Anduvo por El Mundo como un loco, por el este y El Occidente, en Cali, en Medellín y por todo El País. Tuvo su Puesto de Combate en un Número infinito de tintas y papeles. Ya siguiendo el movimiento de la luz de un Kinetoscopio o las sombras en un callejón bajo la Luna Nueva, consiguió algo de Diners para complacer sus exquisitos gustos.

Ahora persigue la palabra en viva voz y conduce el programa «Tintos y tintas» de la radio de la Universidad Nacional de Colombia, entrevistando, es una larga lista, a destacados poetas, escritores, cineastas y artistas de Colombia y otros ámbitos. De entre ellos ha perseguido con persistencia la Palabra del poeta Juan Manuel Roca y conformado el libro Rocabulario. Dedica parte de su tiempo al ejercicio de la escritura y prepara su libro de poemas Pétalos de sangre.

Posdata

Algo primigenio hace que el corazón palpite con más fuerza cuando oímos un canto de la tierra; cuando reconocemos ése olor particular de sus montañas, el color de sus atardeceres, la tibieza maternal de sus valles; las voces amadas de quienes compartieron ése paraíso perdido: la infancia. La amistad la única religión de un solo dogma: la lealtad, que crece en la ausencia como un fuego inextinguible, es ésto lo que siento cada vez que leo lo que nos entrega nuestro bloguero tutelar, artífice de La Ceja de tantos, espejos que multiplican el discurrir de la vida de la provincia desde donde atisbamos como en el Aleph el universo todo. Hoy leí lo que se escribió de mí trashumancia, decir es errancia desde que abandoné sus campos, plazas y calles, regalo inmerecido que me ha conmovido como cuando oigo Pueblo blanco de Serrat. hay una filme que amo especialmente, Cuenta conmigo ( Stand by Me 1986) de Rob Reiner, donde un grupo de chavales despues de la gran aventura regresan al pueblo y una voz en off dice:" Ahora nuestro pueblo se ve más pequeño". eso nos sucedió a muchos, pero ahora al abrir la Ceja de tantos, sentimos lo que debió sentir Ulises, el héroe griego, en la proximidad de su amada Ítaca.
HPL

Tintos & Tintas: El Bello magisterio de la Palabra


Por Henry Posada Losada

Cuando era un niño siempre me acompañó la radio hacía zapping como un bobo maravillado con el invento del italiano Guillermo Marconi quien patentó su maravilloso invento en 1896; recuerdo que en una radio de baquelita antigua a tubos marca Phillips de mi padre oía todas las radionovelas de la época: Arandú el príncipe de la selva, El león de Francia, Kalimán y la prodigiosa voz de Gaspar Ospina, Pedro Alvarado y cuentos de hadas donde aparecían las voces de las historias de Andersen, Perrault, los hnos. Grimm, todo aquello constituía un aletazo de maravilla. madre solía llevarme al radio-teatro de la voz de Antioquia desde donde transmitían en vivo y ví a Montecristo, El trío de oro, entre otros artistas, la radio estaba en su esplendor. la radio ha acompañado mi vida y cuando intento reunir sus hilos rotos y enmarañados ahí están emisoras, voces tatuadas en la memoria, José Nicholls Vallejo en La voz de la Américas moliendo música de carrilera y dando sus servicios sociales, era el tiempo del tabloide amarillista Sucesos y sus hechos extraordinarios, oscuros crímenes, mujeres convertidas en bichos por haberle levantado la voz a sus mamás…mientras esto escribo recuerdo otro programa de Caracol o Todelar, La ley contra el hampa, ahí apareció para mí por primera vez el mítico Sangre negra, del que hará una película Víctor Gaviria, también un programa de suspense con fantasmas y aparecidos que tenía una producción extraordinaria, El código del terror, era mi devoción: la radio.

El azar o el destino ...

(Para continuar la lectura de este texto remitirse al siguiente enlace del Blog Escritura Cejeña

http://escrituradelaceja.blogspot.com/2010/04/tintos-tintas-el-bello-magisterio-de-la.html )

El Concierto de Concilio