Días de diciembre

Estos días y noches de dicembre se viven en La Ceja con un ambiente de apacible tranquilidad que pronto romperá en bulliciosa alegría. Las luces y motivos navideños que encontramos por calles y parques nos predisponen para la cordialidad y la solidaridad, pero también se advierte la expectativa para el momento de la celebración: Son la conjunción particular de la fiesta sagrada de la natividad y las fiestas paganas de fin de año.


Que los espíritus que animan estas fiestas en La Ceja, donde vivimos tantos y celebramos de tantas maneras, permitan que las podamos disfrutar con el sentimiento de recogimiento con que invita las canciones en torno al pesebre y con la tolerancia para celebrar con las variadas formas del entusiasmo.
La Ceja de Tantos
les desea felicidad en navidad
y buena ventura en año nuevo

Homilía para Natividad

Promulgada por el Padre Casafús para los que no van a misa de gallo:

Sólo a los niños se les ocurre preguntar ¿Por qué en el pesebre no aparece la abuelita del niño Jesús? ¿Ni el abuelito, ni los tíos, ni los primos?
Queridos feligreses, debo decirle en primer lugar que esa abuelita, Santa Ana, que debió tener muchas casas como para repartir a tanta gente que hoy le ruega, no estuvo con ellos en la pesebrera porque era una señora rica que no se sentía a gusto en los establos ni en los potreros. Joaquín, el abuelo, era un hombre que hacía lo que dijera su mujer, porque ella era la de la plata; así él hubiera querido acompañar a su hija única, le obligó el deber de quedarse con su mujer, así esa nochebuena no prometiare ser tan buena.
La única que podría haber acompañado a la Virgen en aquellas dificultades del 24 de diciembre del año uno, era su prima Isabel a quien había dado una mano en el parto de Juan, pero este niño, de apenas un año, resultó ser tan hiperactivo que no era capaz de bregarlo ni con ayuda de Zacarías; con semejante encarte para qué complicar más las cosas en el pesebre. Por el lado del papá, José, era una familia que ayuda tan poco en tiempos de dificultades, no se apareció ninguno de sus hermanos, porque la mamá, de cuyo nombre no quiero ni acordarme, decía que a ella nunca le gustó que se casará con esa María, que ya estaba embarazada antes del matrimonio e incluso ponía en duda de que ese muchachito fuera de José, que nunca sirvió para nada.
Quiero concluir con estas historias apócrifas, mis queridos feligreses de La Ceja, que la familia no es en verdad tan grande como quisieron mostrarlo los judíos con el ejemplo de Jacob, que tuvo tantos hijos como para pelearse y vender al más débi; la familia es como en Belén y en Nazareth, y pare de contar. Por eso en la cena de esta nohe sirva a la mesa, con reverencia y moderación, no más de cuatro platos mientras invoca el hecho más sublime de la creación, el nacimiento de Jesús, con estas palabras: "Paz en la tierra a los hombres que ama el Señor".

Cena de navidad


No vaya a salir otra vez con el cañón que siempre sirve en las fiestas seculares de su casa y si no tuvo tiempo de rellenar el muchacho, ni de preparar la lechona que le enseñó la vecina, aquí le damos esta práctica y deliciosa receta de rollitos de pechuga, que hacen parte de la olvidada cocina de Juanita, y que nos proponemos rescatar para que la cena de navidad sea una celebración irrepetible en el año:

Compre listos o arregle los filetes de pollo y aliñelos previamente con cebolla, pimentón y cerveza. Tienda el filete y sobre el una tajada de jamón y otra de queso mozzarella. Vierta de nucleo una cucharada de trocitos de piña calada, de durazno o de ciruela pasa. Enrolle rematando el broche con tajadas de tocineta y atraviese palillos para amarrar. Lleve al horno por veinte o veinticinco minutos.

Coloque el rollo en el plato y si desea báñelo con champiñones en crema y riegue unos granos de ajonjolí. Sirva un Merlot para acompañarlo, levante la copa y mucha salud y más sabor en esta navidad.

Paseo de alumbrados

El fantasma de Emiliano


Esta vieja casa, que por tantos años se ha dado en llamar de Cultura y Turismo, pronto desaparecerá con sus puertas, ventanas, techos, tapias y fantasma. ¡Sí, fantasma!. Es hora de hacer público este secreto y con su revelación quizá logremos explicar los muchos problemas que ha tenido la cultura y el turismo en La Ceja desde que hace más de veinte años hizo de esta casa la sede para la promoción y divulgación de sus programas. En la fotografía inferior se logra advertir una sombra que se esconde tras la puerta de la tarima.

Valga advertir que desde el primer director de esta Casa hasta el último, todos han creído en fantasmas, razón por la cual ha logrado espantar a tantos. Se cuenta, no sin suspenso y pavor, que ese mismo fantasma hizo poner pies en polvorosa a quien fuera director de la Casa en la administración del alcalde Jorge Bedoya. Lo cierto es que este fantasma poco y nada ha dejado hacer por la cultura y el turismo, porque se ha empecinado en chirriar cadenas, mover ventanas, asombrar, aullar y gruñir cavernosamente, actos propios de todo fantasma para espantar a estudiantes, contertulios, artistas, asistentes y profesores de los muchos programas que ha ofrecido la Casa a la comunidad cejeña.
Con quienes si ha logrado congraciarse el fantasma es con la estudiantina de Miltón Zapata, sin duda por simpatía con la música colombiana. Este dato y el hecho de no haber dado molestias durante la dirección de la poeta Marga, da pistas para poner en sospecha de que el fantasma pertenece al espíritu tenaz de Emiliano López. Un hecho inexplicable es que el fantasma ha demostrado temer al director de la Banda Sinfónica, así como el pobre fantasma de Canterville huía de los inquilinos americanos, razón que explica por qué este prestigioso director de orquesta se comportó siempre como el dueño absoluto de la Casa.
La prueba fehaciente de la conmoción que logró el fantasma sobre los habitantes de la Casa ha sido el susto que le pegó al actual director de la Casa. Quienes hemos seguido de cerca su evolución artística y creativa, su convicción y fuerza emprendedora de proyectos culturales, concluímos que sólo la abrumadora presencia del fantasma ha podido apabullar su entusiasmo y refrenar sus propósitos. Sinembargo esperamos que con una nueva sede para la cultura y el turismo, llena de luz y espacio multicultural, se logre esfumar de una vez por todas ese espíritu mezquino, coercitivo e infeliz que ha rondado por tantos años a la cultura y el turismo de nuestro pueblo.

Refundemos La Ceja

Adviertencia para alarmistas: el término refundar, en nada se relaciona aquí con el usado en el pacto de Ralito por los paramilitares.

Celebrar los 220 años de vida de esta población debería servir para renovar los propósitos fundacionales de una sociedad más justa y feliz. Mirar atrás puede ser estimulante, pero también nos puede petrificar la curiosidad de un pasado tan asombroso como lejano. Mejor es motivarnos por contruir el futuro de este pueblo con ideales más vivos, actuales y entrañables.
Escribamos una nueva historia, nombremos a los jóvenes impetuosos como padres fundadores. Sonemos las trompetas para derribar las viejas tapias y erijamos un templo nuevo en tres días. Que un poeta escriba la nueva epopeya, no del maíz ni de la flor de invernadero, sino que tenga por heroína la mujer del amor imposible e ineludible madre. Cambiemos la letra del himno y con su misma música entonemos una nueva estrofa con verbos de acción y no con adjetivos de oropel. Ondeemos la bandera y resimbolicemos sus colores como reflejos de nuestro ánimo. Seamos un sólo pueblo, hermanos, así vengamos de Egipto, Mesopotamia o Abejorral, somos ahora cejeños.

Sermón contra la indiferencia

Cuando los nazis vinieron por los comunistas, me quedé callado; yo no era comunista. Cuando encerraron a los socialdemócratas, permanecí en silencio; yo no era socialdemócrata. Cuando llegaron por los sindicalistas, no dije nada; yo no era sindicalista. Cuando vinieron por los judíos, no pronuncié palabra; yo no era judío...


Cuando vino la guerrilla a reclutar campesinos, no protesté; yo no vivo en el campo. Cuando vinieron los paramilitares a desplazar finqueros, no lo reproché; yo no tengo finca. Cuando vinieron los terroristas a bombardear bancos, me encogí de hombros; yo no tengo cuenta de ahorros. Cuando vino la banda de criminales a vacunar comerciantes, no lo objeté, yo no tengo ni un plan de negocio. Cuando acribillaron a los indigentes, no me opuse; yo tengo mis recursos. Cuando masacraron a los sindicalistas, no dije nada; yo no trato con esa gente. Cuando amenazaron a los obispos, ni me dí por aludido; yo no soy católico. Cuando atentaron contra el lider político, tampoco me importó; yo no tomo partido. Cuando hicieron limpieza de viciosos, yo estuve tranquilo; en mi casa somos muy sanos. Cuando marcharon los desmovilizados, no marché; yo tengo propiedades bien aseguradas. Cuando protestaron los obreros, no protesté; yo tengo un empleo bien remunerado. Cuando subieron los impuestos, no me importó; yo no tengo propiedades. Cuando pusieron la bomba en el parque, me fuí a chismosear; yo no tengo negocios, ni vivo allí...
Y en La Ceja y en el país podemos agregar más frases al sermón del pastor Martin Niemöller y terminar fatalmente: Cuando vinieron por mí, no había nadie que pudiera protestar.
Ante el caso de amenaza de bomba y de otros más malos y peores del que La Ceja ha sido noticia, bien vale una reflexión sobre nuestra acusada indiferencia: "lo preocupante no es la perversidad de los malvados sino la indiferencia de los buenos".

Recinto San-Arte


Para curarse de las presiones de la vida moderna, del estrés provocado por las situaciones agobiantes del trabajo, del estudio y la familia, para desintoxicarse de una alimentación desordenada y perjudicial, para limpiarse de la contaminación atmosférica y evitar los enemigos silenciosos del agua que bebemos, en definitiva, para armonizar el cuerpo y el espíritu después de batallar con los afanes de la vida diaria y los demonios del mundo se levanta en La Ceja este nuevo templo con un viejo santo: El Recinto San-Arte.


Esta agradable casa del bienestar personal cuenta con todos los escenarios, los elementos, los instrumentos, los conocimientos y los expertos para hacer que usted se sienta con la dicha y la salud de un niño de dos años: Salas de masajes japonés y reductores, baños relajantes y desintoxicantes, gimnasia terapéutica en Chi Machine y Hot House, reflexoterápia y magnetoterapia, limpieza facial, respiratoria y digestiva y muchos más detalles que para el buen funcionamiento de su actividad somática y psíquica le ofrece el equipo de terapéuta, médico integrativo y cosmetóloga que obran como sacerdotes de este recinto hecho para el Arte de Sanar.

Con una agradable vista en mecedora desde donde contemplar el monte sagrado de El Capiro y el ondeante fluir de la quebrada La Pereira, con un observatorio para apreciar los pájaros comer y los bonsáis crecer mientras se bebe un vaso de agua viva, con placentera música y hasta con opción de hospedaje en tonificante cama, allá en El Palmar te espera este agradable recinto para sanarte.

Frutos del año

Yo también nací en el 53

¿Es un hombre o una piedra o un árbol frente a la ventana? Aunque sus pies han echado raíces en el suelo de forma que componen una especie de vegetación vivaz que no deriva aún de la planta y tampoco es ya carne, tampoco se puede confundir con una tapia. Puede ser que al decir esto me equivoque, pero puede ser también que diga la verdad: ¡Tanto horror le inspira el hombre a sus semejantes!

Cantos de Maldoror, Canto cuarto. Conde de Lautréamont


Yo también nací en el 53, el mismo año en que Elvis despertó al mundo con el rock and roll y Marilyn los hizo soñar con su imagen en Playboy. Ese viento rebelde también sopló en La Ceja de pasillos y de vírgenes, ese año el aire de mis pulmones aportaba los gritos y el llanto de niño, después vendrían las palabras y la opinión. Yo crecí con el "Yesterday", sintiendo la sangre arder me abracé sabiendo que iba a perder. Participé en la revuelta de mayo del 74 y desde entonces siempre me puse del lado de la gente y de la vida. Le aposté a las ciencias sociales y a la acción comunal por la dignidad del pueblo, y ya he pagado esa cuenta con el exilio. Soñando un mundo mejor se me ha ido la vida sin sacar tiempo para las finanzas. No me pesa lo vivido, me mata la estupidez de enterrar un fin de siglo distinto del que soñé.

Tengo la locura de Klaus Kinski y la eterna juventud de Mick Jagger, también la verdad que duele y los ojos zarcos. No tengo la autoridad del dinero ni el prestigio de sobar solapas, pero si tengo un gran amor por los hijos, la mujer y la patria. Pude soñar con irme muy lejos, de mi pueblo y los viejos, y sin embargo aquí estoy como atrapado en un Pueblo Blanco, desde donde no se ve el mar.

La tienda eterna

En el Plan turístico de Museos y Curiosidades de La Ceja del Tambo, la tienda de Camilito es una estación obligada para que el visitante aprecie con una sonrisa lo recuerdos que le suscitan las marcas y presentaciones de los productos que hacían parte de la canasta familiar de antes de los ochenta. El sólo contraste con la multiplicidad de productos que hoy vemos en los supermercados es ya una ocasión para el deleite.

En esta tienda de viejeces y objetos perdidos se puede encontrar todo cuanto se hacía con cabuya: mochilas, alpargatas, jíqueras; y cuanto se hacía con alambre: parrillas, loceros, sunchos para materos; y cuanto se hacía con madera: bolinillos, trampas para ratones y trompos, a más de la estantería y la vitrina que guarda las tejas, las lenguas y esas panelitas rosadas y blancas tan hostigosas como únicas. Para más información de estos productos como de su utilidad, visite el siguiente enlace donde encontrará la crónica de nuestro escritor Gerard's http://escrituradelaceja.blogspot.com/2009/02/la-tienda-de-camilito.html


Está en una esquina donde se puede contrastar el cambio de los tiempos. Si desde allí se mira hacia afuera se advierte la transición de la época de productos naturales y artesanales a la de la producción automatizada y del versátil plástico. Pero los hijos de Camilito decidieron congelar aquel tiempo y se empecinan contracorriente a no seguir el vertiginoso ritmo de estos tiempos, y trabajan sin angurria ni competencia, sacralizando el tiempo para el descanso y la comida.

Este patrimonio de nuestra cultura puede visitarse para el consumo o para la curiosidad en los horarios de 8 a 12 y de 2 a 4 y media.

Preparativos para nochebuena

Cuenten las ollas y los sartenes pa' ver si alcanzan, necesitamos dos vajillas, seis bandejas y tres docenas de copas. Busquen la paila en la troja y compren mecedor nuevo, organicen la hornilla y que no falte el carbón porque este año habrá tanta nochebuena que alcanzará hasta para vecinos y familiares lejanos.
Hágame, mi'jo, una lista de ingredientes para los platos de carnes, las tortas y los dulces. Pida la pierna y el tocino donde José Luis y que la tripa para los chorizos sea delgada. Dígale a Carlos que le afile el cuchillo y a su mamá que mande la tabla pa' que usted me pique la cebolla y la carne. Pizco no vamos a emborrachar este año pero encargue cinco gallinas donde doña Sofía para el "queso de gallina" que sabe hacer Rosalba. El cañón y el muchacho lo encarga desde ya que por esta época se pone escaso. Janet se encarga de pedir los filetes de pechuga, el jamón, el queso y la tocineta para esos rollitos asados que le quedan tan ricos. Para la natilla compre tres cajas grandes que esta navidad reparto platos para Teresa, Rosarito y Maruja, y pa' las viejas de las botellas como les dice Andrés. Ni crean que vamos a comprar los buñuelos en el Cantaclaro; los haremos en roscas y bollos y también hojuelas que son tan fáciles. Compre donde Camilito un rodillo de madera para tender la masa. También haremos "queso de coco", manjar blanco y arequipe, que'se de colanta ya me tiene hastiada, dígale a Juan que vaya dejando la flojera y arremangando el brazo. Pídale a Doña Doly la receta de la Torta de yuca que serviremos en la mesa junto a la torta negra remojada con vino Sansón. Vaya mi'jo anotando que de los demás me iré acordando.
¿Qué de donde vamos a sacar tanta plata? Pero si es que lo vamos a hacer nosotros mismos. Nada de cuotas iguales; en esta familia el que gana más que ponga más y el que gana menos no le tocará menos. Todos vamos a poner ganas al trabajo e igual apetito para comer.

El bar de Nevio

Una de las mejores esquinas para tomar en La Ceja un tinto, un ron o una cerveza, más que por su ambiente decorado por dos pintorescos cuadros, supone uno que son las fincas de Don Nevio, o de su amable atención o la de su esposa, es por las dos amplias puertas y la angular ventana que miran a fuera para ver a La Ceja pasar y pasar:
Pasa apurado el obrero en bicicleta y despreocupada la policía en motocicleta. Pasa un desempleado ofreciendo tamales y los candidatos a la alcaldía prometiendo trabajo. Baja Don Luciano puntual para la misa y pasa un gato ansioso de ratón. Suben los muchachos de la banda sinfónica a ensayar y doña María Eugenia da un visto bueno a la Unidad Cultural. Pasa Iván escribiendo un poema para una muchacha y detrás lo persigue la mirada de su esposa. Pasan los gotereros, pasan los merenderos y pasa el mariachi buscando serenata. Pasan los estudiantes de arte, pasan los satánicos desafiantes, pasan saltando los skateboys y las muchachas con dirección a la zona rosa.
Pasan los locos, los contrabandistas, los buenos hombres, los masoquistas, las prostitutas y sus pianistas, las curanderas y sus analistas. Pasan los locos, pasan los cuerdos, pasan los vivos, pasan los muertos. Paso yo mismo y me veo sentado mirando la gente que pasa a mi lado. Paso mi vida estúpidamente sentado en un bar, viendo a La Ceja pasar y pasar.

Paseo de alumbrado


La Ceja también tiene su paseo del río. El nuevo parque lineal ha sido decorado con instalación de luces y motivos navideños. El paseo de alumbrado para este diciembre será un circuito para caminar desde el Parque principal bajando por la calle 19 y desde el parque lineal subiendo por la calle 20.
Es una tradición salir a disfrutar del alumbrado en grupos familiares o de amigos, y mejor que sentarse en el frío parque, es preferible caminar de un sitio a otro para, además, poder ver más gente. Así lo sigue siendo Junín, la avenida La Playa, el pasaje Carabobo y el Paseo del Rio en Medellín, ahora es la ocasión para que en La Ceja se practiquen las ceremonias sociales de convivencia, con esta ruta, en ocasión de las fiestas navideñas.