En memoria y agradecimiento a todos los que pusieron un pétalo, o una flor entera, en ese ramillete.
" Si concebimos la cultura como un entramado humano de sentidos que tiene existencia en el medio de una geografía, un clima, su historia y el conjunto de procesos productivos en que se da la existencia de esa cultura, advertimos que bajo este criterio aún no se integran las diferentes manifestaciones de nuestra población cejeña cuando pretendemos hacer desarrollo cultural.
Partir de un concepto fragmentado de cultura que privilegie unas expresiones frente a las otras es promover un desequilibrio contraproducente. Marginar como elementos decisivos del proceso cultural aspectos como las costumbres, los estilos de vida, la organización social y el desarrollo tecnológico, afectará la construcción de una verdadera identidad cultural. Negarse a construirla con autonomía es resignarse a la imposición de una cultura extraña, utilitarista y deshumanizante.
El municipio de La Ceja está en un momento propicio para construir esa identidad cultural de manera colectiva y concertada, por la manifiesta voluntad de los múltiples gestores de cultura de la comunidad. Pero no es sólo porque exista esta motivación sino por que es un deber urgente consolidar esta identidad y esta unidad para enfrentar favorablemente estos tiempos críticos marcados por la globalización económica, las nuevas relaciones laborales y el desarrollo tecnológico. De la forma como se oriente y promueva la participación ciudadana dependerá el éxito o fracaso de dicha empresa. Conciliar la multiplicidad de perspectivas de los diferentes actores de la cultura para superar los particularismos de posiciones políticas, expectativas económicas, conceptos estéticos y criterios morales también exige superar los inmediatismos e intrascendencia de los eventos y programas que habitualmente proyectan cultura. Hacer desarrollo cultural no es un asunto de tipo programático sino estratégico y es en la dinámica con que se dispongan las líneas claves de ese entramado como se logrará potenciar un desarrollo integral y sostenible de nuestra particularidad cultural."
Sobre estos criterios, y mientras las noticias le daban renombre a La Ceja por hospedar los paramilitares reinsertados, hace dos años la sociedad civil celebraba el "Ramillete de Voces y de Imágenes" en un intento de integrar y exhibir en un mismo espacio la multiplicidad de expresiones de los protagonistas de la cultura de nuestro municipio: rockeros, teatreros, panaderos, mariachis, ajedrecistas, pintores, raperos, verduleros, bandas sinfónicas y musicomarciales, skateros, niños, jóvenes, adultos y ancianos se encontraron y reconocieron para celebrar lo que somos y hacemos.
Pronto vendrá la tradicional Fiesta del Toldo y de las Flores que, según se oye decir, estará bajo la gerencia de Albeiro Torres, un hombre que sabe del complejo concepto de cultura y de la importancia de estas celebraciones para elevar el espíritu del pueblo. Que rico que volvieran las verbenas y romerías en honor de las gentes humildes que trabajan duro con perseverancia, y sean consecuentes con el simbolismo del toldo y las flores. Ruego a san Juan Bautista y san Isidro que inspire a Albeiro y sus colaboradores y los oriente en los verdaderos propósitis de una fiesta popular: celebrar la vida y los frutos de su cosecha.